Una incorrección idiomática es una expresión mal escrita, que se aleja de la norma o del uso. Cuando se hace repetitiva, recibe el nombre de vicio del lenguaje.
Veremos, a continuación, tres casos frecuentes:
1. PLEONASMO DEFICIENTE O REDUNDANCIA:
De “redundare”: abundar. Consiste en la repetición innecesaria de conceptos, los que se encuentran incluidos en otras palabras dentro del texto.
Ejemplos:
ü Desheredó a sus hijos hombres.
ü Te vuelvo a reiterar.
2. BARBARISMO:
La Real Academia Española considera barbarismo a diversos “vicios del lenguaje”, entre los cuales enumera: 1) las faltas ortográficas; 2) los errores de acentuación; 3) las pronunciaciones incorrectas; 4) las formaciones erróneas, p. ej. andé por anduve; 5) los calcos de lenguas extranjeras -anglicismos, galicismos, etc.
Algunas formas de barbarismos son:
- Prosódicos: Consisten en una defectuosa o inadecuada pronunciación, entonación de las palabras.
- Ortográficos: Se cometen al escribir mal las palabras, por el empleo de letras erróneas o la defectuosa colocación del acento ortográfico. Ej. Fé, tí, dió, ví, ecxamen, etc.
- Los extranjerismos: Son barbarismos que consisten en emplear palabras frases y giros extranjeros con la ortografía original y una pronunciación que imita a la lengua de origen. Según su procedencia, se clasifican en: galicismos (francés), anglicismos (inglés), germanismo (alemán), etc.
3. POBREZA LÉXICA: Uno de los defectos de estilo más frecuentes es el de repetir las mismas palabras o expresiones, lo que hace suponer un caudal léxico limitado del autor.
Palabras como “cosa”, “algo” “esto” “eso”.
Los verbos “ser” “estar”, “encontrarse” , “haber”, “tener”, “hacer”, “poner”, “decir”, “ver”, “producir” siempre pueden sustituirse por otros más precisos.
Será preferible emplear conocer que tener conocimiento de; considerar que tener en cuenta; poder que estar en condiciones de; atender que prestar atención.
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